Cuenta una historia tradicional judia que Salomon y Elias eran dos intimos amigos que se conocian desde hacia muchos años aunque tenian pocas ocasiones de verse en persona y mantenian basicamente una relacion epistolar(es que en esa epoca aun no existian los e-mails y la gente se escribia cartas)
Sus vidas eran muy distintas: salomon vivia en un lujoso apartamento en el centro de Paris y sin embargo Elias pasaba sus dias en un infimo villorio cercano a la frontera con los Pirineos.
Un buen dia Elias tuvo que desplazarse a Paris para ocuparse de hacer unas gestiones y le comunico a su amigo Salomon que estaria por alli unos dias y que podian aprovechar para verse.
Salomon era generoso por naturaleza y obviamente no dudo ni un minuto en decirle a Elias que por supuesto durante su estancia en Paris se alojaria en su casa donde podria disfrutar de todas las comodidades y evidentemente sin ningun tipo de desembolso economico.
En un principio Elias se nego,por no incordiar a su amigo,pero tanto insistio este que no tuvo mas remedio que aceptar.
Durante su estancia en Paris no solo recibio alojamiento y comida sino que Salomon demostro ademas ser un perfecto anfitrion puesto que no dejo ni un rincon minimamente interesante de Paris por recorrer,para que de este modo su amigo pudiera apreciar todos los encantos de tan bella ciudad.
Cuando finalmente se despidieron,Elias se sintio obligado a decirle a Salomon que cuando quisiera podia ir a visitarle.....aunque en el fondo de su corazon esperaba que Salomon nunca aceptara ese ofrecimiento pues sabia que el tenia muy pocas cosas para darle y mostrarle.
Sin embargo llego un dia en el que Salomon le comunico a su amigo Elias que disponia de unos dias libres y que habia pensado dedicarlos a visitarle.
A Elias se le vino el mundo encima,pero no encontro ninguna excusa para negarse y tuvo que aceptar la visita de su amigo.
Durante la breve estancia de Salomon,el comportamiento de Elias fue ciertamente mezquino:le cedio la peor cama de la casa,le alimento con miserables vituallas y ni siquiera salio con el ningun dia de la casa para visitar algun sitio cercano.
El dia que Salomon anuncio su partida para la mañana siguiente,Elias tuvo la osadia de acercarse a Salomon y reclamarle 200 euros(50 por dia) como pago por su estancia y alojamiento.
Aquello fue la gota que rompio el vaso de la paciencia de Salomon.Se enojo de un modo terrible y le echo en cara a Elias su falta de amistad,recordandole que el le habia acogido en su casa sin exigirle nada a a cambio.Elias por su parte argumentaba que Salomon no necesitaba cobrarle nada porque disfrutaba de una desahogada posicion economica,cosa que no era su caso.
Como no llegaban a ningun acuerdo y los dos eran firmes seguidores de la ley hebraica,Elias propuso acudir al unico rabino de la localidad para que el dirimiera sobre este asunto.Los dos acordaron que fuera cual fuera la decision tomada por el rabino seria acatada sin rechistar por ambos.
El rabino escucho atentamente los argumentos de ambos amigos y se retiro un momento a deliberar.
Al regresar anuncio que sopesados todos los pros y contras y con el talmud en la mano decidia que Elias tenia razon al reclamarle ese dinero y que por lo tanto Salomon debia de pagar su deuda.
Salomon no podia creer lo que estaba oyendo.....pero era hombre de honor y tuvo que acatar la sentencia del rabino:a regañadientes le dio a Elias los 200 euros que este le reclamaba.
Cuando ya se encontraba en el tren y a punto de partir hacia su hogar,aparecio en el anden su "amigo" Elias,corriendo como un poseso y rojo como un tomate por el esfuerzo realizado.Se acerco a Salomon y le puso los 200 euros en las manos diciendolos que no los queria.
Salomon confeso que no entendia nada.Y entonces Elias le dijo:
-Veras amigo,cuando estuve en Paris me enseñaste cosas maravillosas,cosas que aqui yo nunca podria haberte enseñado y pase muchas noches en vela preguntandome que cosa podria yo enseñarte que te maravillara y asombrara,y al final encontre lo que buscaba:me dije......voy a enseñarle a Salomon que rabino mas tonto tenemos en el pueblo.
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ajjajajjjajjaj qué buena historia jajja Salomón se quedaría helado no?jajajajajaj
ResponderEliminarGracias por hacerme reir un rato,guapo.
Re_Genial! Eres un amor, Juanjo, por traernos una historia tan maravillosa!
ResponderEliminarCuando la indignación se estaba apoderando
de mí, ¡Ese desenlace!!
La Amistad con A mayúscula ¡Triunfó!
Abrazos, mi niño!
Male. (Y Gracias por tus pals. en El País de los Bosques!)
¿Para saber que los rabinos son tontos hay que ir primero a París?
ResponderEliminarS:Me alegra haberte hecho reir,Te lo debia......tu me has hecho reir muchas veces.Un beso para ti guapa
ResponderEliminarMalena:Gracias por tus palabras guapa.Me alegra que la historia haya logrado engancharte y sorprenderte.Un abrazote muy fuerte para ti
Stultifer:Alguien dijo que Paris bien vale una misa.
El milagro de esta historia que nadie mandara a tomar por saco a nadie, con perdón. Será la paciencia hebrea.
ResponderEliminarAlvaro:ja,ja,ja.....es cierto Alvaro.....por algo el santo Job practicaba esa religion,no?
ResponderEliminarVaya historia, genial es poco, súpergenial.
ResponderEliminarNo podía imaginar ese final. Pensé que le hacía esa faena a su amigo para que no volviera jamás a visitarle pero es magnífico.
He disfrutado un montón.
Gracias por arrancarme una sonrisa.
Besos.
Jajaja!! Yo también me he reído, Yo esperaba otra cosa conforme iba leyendo, como que Salomón diría o haría algo espectacular en cuanto a su amistad...en fin, que me has sorprendido y hecho reír, (que estos días eso está bastante complicado)Gracias :)
ResponderEliminarUn beso!
Si no fuera por el final, estaba echando pestes ya contra los rabinos y toda la prole subsiguiente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente historia, la verdad, no me esperaba ese final. Asombrada me dejas. BESITOS Y SALUDITOS DE LUNA DESDE CÁCERES.
ResponderEliminarEmibel:me alegro de que te haya gustado y de que te haya sorprendido......con eso el objetivo esta mas que cumplido.Besos
ResponderEliminarGata negra:Es cierto que hacer reir es un preciado bien cada vez mas escaso.....al conseguir que tu lo hicieras yo soy sin duda una persona afortunada.Un beso para ti
Kacerola:afortunadamente es el final lo que da sentido a la historia.Un abrazo
Liova:Me encanta haberte asombrado......no es genial que aun tengamos la capacidad de asombrarnos?Besitos y saluditos desde Valencia
Un buen final para una historia tan buena. Pues, sí, juanjo, me ha gustado mucho tú relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tus felicitaciones.Un abrazo grande para ti
ResponderEliminarY ami que me da que eso del rabino tonto no produce asombro,saludos.
ResponderEliminarDe hecho te iba a felicitar por conseguirlo.
ResponderEliminar:D:D:D
No el rabino no era tonto, no, lo que pasa es que era rabino, nada mas, y si eso lo decidió un rabino, imagina lo que hubiera decidido un cura católico...
ResponderEliminarseguro que su decisión hubiese sido que los 200 fueran directos al cepillo de la parroquia, ja, ja, ja...
Divertida historia.
Un saludo.
salud y República!!
Nexus.
Severino:efectivamente...lo del rabino no produce asombro....pero si la astucia de Elias.Un saludo
ResponderEliminarGata Negra:Gracias por tus felicitaciones.Eres un cielo.Besos
Nexus:Ja,ja,ja......no me puedo imaginar la historia con un cura catolico como protagonista.Un saludo